Desde hace generaciones, el blanco está vinculado a la pureza, a la limpieza, a la perfección y lo divino (prenda papal). El blanco se define como el más luminoso de los valores de gris. En la comunicación visual, el blanco es el color inicial y, a menudo, es el del soporte. Este debe incluir una luminosidad superior al 90 % sin ninguna coloración para poder denominarse blanco. Agregar un ligero color puede afectar directamente a la blancura y un simple toque de azul puede hacer que el blanco parezca “aún más blanco”.