La cachaza, un verdadero emblema de Brasil, es la tercera bebida espirituosa más consumida en el mundo. Esta bebida, producto de la destilación del jugo de la caña de azúcar e ingrediente principal de la famosa caipiriña, se puede disfrutar sin recurrir a los cócteles. 
 
La cachaza de primera categoría que elabora Leblon es el resultado de una original colaboración con el famoso productor de coñac francés Gilles Merlet. El maestro destilador ha sabido combinar su experiencia única —adquirida en las destilerías de coñac francesas—, con el exotismo de Brasil, para crear un producto excepcional:
 

• Primero, Gilles Merlet eligió procesar los tallos de la caña de azúcar como si fueran vides. Situados alrededor de la destilería, se cortan y luego su centro se prensa durante las tres primeras horas después de la cosecha. 
• Después, al jugo obtenido se le agrega levadura para iniciar un proceso de fermentación de 15 horas.
• Le siguen tres destilaciones durante las cuales solo se utiliza el corazón del destilado.
• La bebida se almacena en barricas de coñac francés XO para lograr una maduración mínima de seis meses. Estas exclusivas barricas de Limousin, enviadas desde Francia, dan a la cachaza Leblon una suavidad y finura únicas.

 
Para conquistar a los Estados Unidos, el mayor mercado del mundo en « premiumización »  de bebidas espirituosas, Leblon necesitaba una botella que se ajustara a su cachaza súper Premium. Para ello, la marca brasileña eligió a Saverglass y su experiencia única en envases de vidrio decorado.

Primero, Saverglass sedujo a Leblon con la ayuda de su exitoso modelo Ariane, una botella atemporal con un diseño elegante y una gruesa base de vidrio. A partir de este modelo, Leblon y Saverglass trabajaron juntos en el desarrollo de una nueva botella única, que reivindica la identidad del producto y destaca su singularidad.
 
Para la decoración, Saverglass elaboró diferentes detalles para acompañar a la marca en su camino hacia la sofisticación:

• La evocación de la hermosa playa de Leblon y los paisajes cariocas a través de la creación de una picadura que reinterpreta los emblemáticos panes de azúcar de Río de Janeiro.
• La creación a la medida de una tonalidad Select Colors® (con alimentador de coloración), para obtener un verde sutil en la masa, que recuerda a los códigos de la marca. 
• El grabado vertical de la marca Leblon en el cuerpo de la botella. A continuación, se añadieron elementos decorativos a la finísima superficie del grabado con una precisión milimétrica. Una auténtica proeza técnica.